martes, 6 de abril de 2010

I. Antiguo Noreste

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       1. Los primeros norestenses
Las teorías sobre el origen del hombre y su dispersión en la Tierra explican que América se pobló con corrientes migratorias procedentes de Asia antes de finalizar la última era glaciar. La disposición geográfica que se estrecha en el Trópico de Cáncer, hizo que todo el antiguo norte de México fuera paso obligado de los grupos humanos que poblaron el continente. En ese momento los hombres dependían esencialmente de la cacería de los grandes mamíferos, también migrantes, pero al extinguirse éstos recurrieron a una subsistencia basada en la caza, la recolección y la pesca. Surgió así el indio nómada cazador-recolector, cuya cultura se extendió por casi todo el territorio que hoy conocemos como el noreste de México y gran parte de Texas.
   
      1.1 Escenario natural a fines del Pleistoceno
El cambio climático que provocó el final de la última era glaciar o pleistoceno hace unos 12 mil años, transformó las condiciones de vida de los hombres que poblaban el Continente Americano. La extinción de la megalofauna, representada por el mastodonte o mamut, fue un claro indicio. Otro cambio notable fue la definición de nuevas áreas ecológicas: al disminuir la humedad del medio ambiente, en el norte de México y suroeste de Estados Unidos predominaron los desiertos.

    1.2 Testimonios del poblamiento original
De acuerdo con la arqueología, en el suroeste de Estados Unidos y el norte de México las evidencias de los primeros hombres americanos son muy tempranas y su antigüedad se remonta hasta 40 mil años del periodo llamado arqueolítico. Los testimonios líticos o de piedra son representativos de esta época; por ejemplo, las puntas de proyectil tipo Clovis, Folsom y Plainview utilizadas para la caza de fauna mayor. Más tarde, con el cambio climático, comenzó el cenolítico durante el cual se definió el modo de vida de los cazadores recolectores. Excavaciones en sitios como Wilson Leonard, cerca de Austin, así como en la Sierra de Tamaulipas, han mostrado que la presencia humana en el noreste de México y área nuclear de Texas ha sido continua desde hace 14 mil años.

   1.3 Supervivencia, arte y cultura al amparo del abrigo rocoso
En numerosos lugares del noreste de México y Texas existen cuevas y abrigos rocosos que fueron ocupados por grupos indígenas. Estos sitios tenían una función primordial de refugio y vivienda ocasional, aunque fueron también áreas rituales y sagradas pues ahí enterraban a los muertos y en sus muros plasmaban símbolos que transmitían sus creencias por medio de la pintura rupestre. Estos sitios son esenciales para la investigación arqueológica pues durante siglos han conservado evidencias materiales que permiten establecer la cronología de sus antiguos ocupantes. En esta sala se reproducen cuatro testimonios de cuevas y abrigos rocosos, donde el visitante apreciará rasgos fundamentales de los antiguos norestenses: un mural de la cultura del bajo río Pecos en Texas; las pinturas geométricas de Chiquihuitillos, Nuevo León; un mural de manos de Tamaulipas, y la oquedad rocosa de la cueva de La Candelaria en Coahuila.

Bibliografía
Transactions of the American Philosophical Society. Preliminary archaeological investigations in the Sierra    de Tamaulipas, Mexico ( Tabla de contenidos, Parte 01, Parte 02, Parte 03, Parte 04, Parte 05)

Iconografìa
Fragmento de cestería proveniente de las cuevas de Ocampo, Tamaulipas.Debido a la resequedad de algunas cuevas de la Sierra Madre Oriental en la que existen yacimientos arqueológicos, ha sido posible detectar la presencia de antiguos tejidos de palma. Algunos de ellos tienen más de cinco mil años y se mantienen en perfectas condiciones, como es el caso de esta porción de un objeto de cestería, localizado en el sur del estado de Tamaulipas.

Dibujo de una cueva arqueológica de la Sierra Azul, Tamaulipas.Hacia la década de 1930, en los inicios de las actividades del Instituto nacional de Antropología e Historia, creado por el presidente Lázaro Cárdenas, se organizó una expedición al estado de Tamaulipas, con la finalidad de responder a un reporte sobre la existencia de momias antiguas en unas cuevas del municipio de Ocampo.En la imagen, un dibujo que muestra la entrada de la llamada cueva de la Virgen, localizada en la profundidad del cañón del Infiernillo, en plena serranía, con un tupido bosque húmedo de montaña.


Exploración arqueológica en las cuevas del sur de Tamaulipas.Escena de los exploradores de las cuevas del cañón del Infiernillo, en la Sierra Madre Oriental, localizadas en el municipio de Ocampo, Tamaulipas. En ella se aprecia a los campesinos oriundos de la región, los que actuaron como los informantes y guías de los investigadores enviados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.Se trató de la primera expedición científica de carácter arqueológico que ocurrió en esta entidad, cuyos resultados se publicaron en el primer tomo de los Anales del INAH.


Exploración arqueológica en las cuevas del sur de Tamaulipas.Escena de los exploradores de las cuevas del cañón del Infiernillo, en la Sierra Madre Oriental, localizadas en el municipio de Ocampo, Tamaulipas. En ella se aprecia a los campesinos oriundos de la región, los que actuaron como los informantes y guías de los investigadores enviados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.Se trató de la primera expedición científica de carácter arqueológico que ocurrió en esta entidad, cuyos resultados se publicaron en el primer tomo de los Anales del INAH.

Miembros de una exploración arqueológica en el sur de Tamaulipas.Otra imagen de la expedición a las cuevas del cañón del Infiernillo, a cargo de los arqueólogos Romero y Valenzuela, realizada en la década de 1930.Aquí se puede apreciar la entrada de una de las múltiples cuevas y abrigos rocosos en los que tuvo lugar el refugio de antiguos pobladores, cuya antigüedad se remonta a los primeros hombres del Continente Americano, y donde tuvo origen uno de los procesos del desarrollo de la agricultura primitiva.

       2. Geografía del Noreste prehispánico
Las llanuras del noreste antiguo se cubrían de matorral desértico espinoso, con presencia de especies vegetales mayores en ríos y montañas, especialmente en la Sierra Madre Oriental. Al sur del Trópico de Cáncer, por la costa, imperaban características tropicales. En el interior continental las lluvias escaseaban, aunque el agua se hacía presente en medio del desierto, como en la laguna de Mayrán. Varios manantiales brotaban en la cornisa de la mesa del norte, mientras que de la vertiente de la Sierra Madre fluían corrientes rumbo al mar. El río Bravo, como corriente continental proveniente de las Montañas Rocallosas y alimentado por sus deshielos, corría hasta llegar a la planicie aluvial de su curso bajo, formando una delta cuyos brazos crearon en tiempos geológicos grandes lagunas costeras.  Más al norte el matorral espinoso cambiaba por una vegetación más densa, hasta formar bosques de encino y coníferas de llanuras, en un territorio surcado por ríos nacidos en las escarpaduras continentales.

Cartografía
Las llanuras del noreste antiguo se cubrían de matorral desértico espinoso, con presencia de especies vegetales mayores en ríos y montañas, especialmente en la Sierra Madre Oriental. Al sur del Trópico de Cáncer, por la costa, imperaban características tropicales. En el interior continental las lluvias escaseaban, aunque el agua se hacía presente en medio del desierto, como en la laguna de Mayrán. Varios manantiales brotaban en la cornisa de la mesa del norte, mientras que de la vertiente de la Sierra Madre fluían corrientes rumbo al mar. El río Bravo, como corriente continental proveniente de las Montañas Rocallosas y alimentado por sus deshielos, corría hasta llegar a la planicie aluvial de su curso bajo, formando una delta cuyos brazos crearon en tiempos geológicos grandes lagunas costeras. Más al norte el matorral espinoso cambiaba por una vegetación más densa, hasta formar bosques de encino y coníferas de llanuras, en un territorio surcado por ríos nacidos en las escarpaduras continentales.

         2.1 Condiciones medio ambientales y nomadismo
Aunque el clima oscilaba entre las épocas de sequía y otras más húmedas, durante milenios predominó el clima cálido con estaciones bien marcadas. Las lluvias ocurrían al final del verano y durante el otoño cuando se desataban tormentas originadas en el Golfo de México, mientras que en invierno se presentaba un intenso frío por las oleadas de masas polares, siendo comunes las heladas y ocasionalmente la nieve en las montañas y praderas de Texas. Este clima equilibró los ecosistemas desérticos norestenses, a la vez que condicionó el ciclo natural de las especies vegetales y animales que en ellos se adaptaron. A este escenario ambiental y a la disponibilidad de recursos bióticos respondió el ciclo de subsistencia de los nómadas cazadores recolectores, quienes disponían de mayores nutrientes al final de la primavera y el verano pero que declinaban progresivamente hasta llegar el invierno

         3. Cronología de la antigüedad norestense
Por medio de la estratigrafía y con el apoyo del análisis lítico, la arqueología ha reconstruido el origen y desarrollo de los grupos indígenas que habitaron el noreste de México y Texas. Ha demostrado que la población norestense se adaptó durante milenios a los patrones del nomadismo y a una subsistencia basada en la caza y la recolección. Las primeras tablas cronológicas que se elaboraron sobre la región para entender su pasado corresponden al norte y área meridional de Tamaulipas e incluyen a las culturas nómada y agrícola. Más tarde se sumaron otras tablas, preparadas en Nuevo León, como resultado de las excavaciones en sitios como San Isidro y la cueva de La Calzada.  En Coahuila los hallazgos en la cueva de La Candelaria permitieron fijar una cronología aunque correspondiente a un periodo tardío; luego se le agregarían fechas anteriores registradas en el entorno de la laguna de Mayrán y la sierra de la Paila.

Bibliografía
La Arqueología de Nuevo León y el Noreste ( Tabla de contenidos, parte 1, parte 2, parte 3, parte 4)

       3.1 Datación arqueológica en Texas
Numerosos estudios arqueológicos sobre Texas han complementado el horizonte cronológico del noreste antiguo, aunque recurren a una nomenclatura más convencional en la que el periodo más remoto se denomina paleoindio y abarca desde la presencia de los primeros hombres americanos hasta el final del pleistoceno. Le sigue el periodo arcaico que, dividido en varias etapas, se prolonga hasta el año 800 de nuestra era.  Enseguida se ubica el prehistórico tardío y, a partir de 1500, se habla de la época histórica. Con este esquema temporal se clasifica a los grupos y culturas nómadas del sur de Texas y del territorio situado en la meseta de Edwards y el cañón del río Pecos. Por ser un pueblo sedentario y agrícola, la cronología de los indios caddo se determinó de acuerdo con las características propias de su desarrollo cultural.

Bibliografía
Prehistoria de Texas [THSA Online] ( Tabla de contenidos, Texas Prehistory, The Handbook of Texas Online.)

       4. La prolongada temporalidad de los cazadores recolectores
La arqueología y la etnohistoria han demostrado que gran parte del noreste de México y Texas fueron ocupados en la antigüedad por indios nómadas, desde el  poblamiento del Continente Americano hasta la conquista y colonización españolas. El predominio ecológico de una vasta área desértica formada al final de la última era glaciar propició la vida nómada de sus habitantes, quienes identificados con su entorno árido, sobrevivieron durante milenios colindando con pueblos sedentarios y agrícolas de Mesoamérica, el corredor continental de Oasis América, las culturas del norte de Texas y la cuenca del Mississippi.     Estos grupos integraron tribus con una afiliación lingüística común, pero fragmentados en múltiples bandas familiares. Carecieron de una organización política capaz de proporcionarles unidad, lo que aunado a la naturaleza del territorio, los especializó en la caza, la recolección y la pesca.

Documentos
(Historia de Nuevo León - s.XVII por Cap. Alonso de Leòn)

Cartografía
Cartografía del noreste antiguo y localización de algunos sitios investigados por la arqueología contemporánea.

      










4.1 Organización y orden tribal
Los nómadas del noreste se reunían en bandas familiares sin jerarquía de mando, aunque había respeto hacia los padres y los ancianos, así como por quienes poseían  habilidades para la cacería o la guerra. Ocupaban territorios vinculados con el ciclo de caza y recolección, cercanos a una fuente de agua, y formaban campamentos temporales con enramadas de zacate o carrizo, utilizando las cuevas y abrigos rocosos para protegerse del medio ambiente. En ocasiones varias bandas se reunían en un campamento para reforzar sus lazos de identidad, intercambiar parejas o realizar celebraciones rituales.      Los conflictos intergrupales también motivaban reuniones en las que espontáneamente destacaba el guerrero con mayor valor para erigirse en líder y encabezar la guerra. Concluido el episodio, las bandas se dispersaban nuevamente.

      4.2 Familia y parentesco
La estructura familiar de los nómadas no exigía la monogamia. Hombres y mujeres podían desposarse varias veces e incluso tener parejas alternas. Para formalizar el matrimonio el novio entregaba obsequios a la familia de la mujer y, al ser aceptados, sellaban la unión conyugal sin mayor formalidad. La sexualidad iniciaba en la pubertad y sólo se interrumpía durante la menstruación y el embarazo. Existía incluso la homosexualidad masculina. Los matrimonios exogámicos servían para pactar la no agresión, alianzas o confederaciones; en estos casos la mujer residía en la tribu del esposo bajo un parentesco patrilocal. También había grupos con hábitos inversos, matrilocales, en los que el novio se iba con la familia de la desposada, propiciando una línea de descendencia matrilineal.

       4.3 Nacimiento y crianza
La paternidad le era reconocida a la pareja masculina vigente de una mujer casada, quien paría sola en el monte, acompañada a veces de comadronas, mientras el esposo esperaba y recibía felicitaciones por el acontecimiento. Como medida de control demográfico originada por recursos limitados, se sacrificaba a los nacidos con deficiencias y a uno de los nacidos gemelos. También era común el infanticidio femenino. La escasez alimentaria condenaba a incapacitados y viejos pues arriesgaban la supervivencia de la tribu. No obstante, se tenía afecto a los niños y respeto a los ancianos, pero si era necesario se les abandonaba.     Durante la infancia los varones se sometían a esfuerzos y se capacitaban como guerreros y cazadores, mientras que las niñas recibían enseñanzas de la madre y  otras mujeres del grupo, y se les valoraba más al alcanzar la pubertad.

       4.4 Rasgos físicos, atuendo y decoración corporal
Los nómadas del noreste tenían buena estatura, eran corpulentos y corredores ágiles, capaces de soportar fatiga y sed. Sabían orientarse de noche con las estrellas. De buen talante, eran proclives a la sociabilidad aunque eran crueles y fieros enemigos. Andaban desnudos, con cabellera larga atada con correas de cuero. Las mujeres apenas se cubrían con faldillas de ixtle, yerbas o piel, y se adornaban con caracoles o dientes de animales. En invierno usaban pieles de venado o conejo. Caminaban descalzos o empleaban huaraches de ixtle, palma o piel.     Recurrían al tatuaje corporal como ornamento y símbolo de identidad para diferenciarse de otras tribus, utilizando tintes vegetales y óxidos de hierro. Se depilaban el pelo o aplicaban cebo para acicalárselo y se perforaban los tabiques nasales y lóbulos de las orejas para colocarse adornos, además de collares, pulseras, pectorales y tocados de plumas. La escarificación era otra práctica ornamental que consistía en  rasgarse la piel con pedernales o peines de dientes de ratón.

Iconografía
Estampa de los indios carrizos del bajo río Bravo.Conforme a un dibujo elaborado en la década de 1830. Se trataba de un grupo indígena habitante de las riberas del río Bravo y el norte de Nuevo León. Los carrizos fueron llamados así a un grupo genérico que comprendía a varias naciones indígenas, entre las que predominaba el uso de la lengua comecruda. No se opusieron a la colonización española, sobreviviendo como etnia diferenciada hasta bien entrado el siglo XIX, cuando finalmente se asimilaron a la masa común del mestizaje, perdiéndose su cultura.

Aspecto físico de un indio coahuilteca.De acuerdo a una interpretación etnográfica. En este caso se trata de un individuo masculino, adulto, de buena talla y proporción corporal. Lleva el pelo crecido. Su cuerpo presenta las marcas de un tatuaje ritual, que lo hacía distinguir como parte de una nación indígena determinada, pero que también podía significar los atributos de prestigio como guerrero, o bien como atributos a un liderazgo político. Lleva un arco como herramienta de defensa, aunque cuando originalmente estos indios utilizaron el lanza dardos o “átlatl”. Como vestimenta cubre sus partes pudendas con una piel de venado. También calza unas sandalias hechas de ixtle.

       4.5 Técnicas del cazador recolector
Insertos en el ritmo natural de las estaciones del año, el ciclo de abastecimiento de los cazadores recolectores estaba bien marcado. La primavera con su abundancia de frutos y las piezas de caza durante el verano generaban gran movilidad entre ellos. La cacería estaba a cargo de los hombres, mientras que las mujeres recolectaban especies vegetales, pequeños mamíferos, reptiles e insectos. Se cazaba al amanecer o por la noche, de acuerdo con las estaciones y los hábitos de los animales. La faena era individual o colectiva; se cercaba un coto o se prendía fuego al pastizal y luego   esperaban en un sitio estratégico. Para la pesca empleaban nazas o redes tipo canasta y también lanzaban flechas a los peces o los atrapaban a mano en las covachas de los ríos. Para cazar aves acuáticas se colocaban una calabaza en la cabeza y la sujetaban por debajo del agua.

        4.6 Acopio del consumo alimenticio
Abundante en el verano, el fruto del mezquite era el principal alimento de los nómadas. Mascaban y chupaban sus vainas y molían las semillas secas para producir mezquitamal, el cual mezclaban con aguamiel y duraba largo tiempo. Las tunas y sus cáscaras eran otro alimento relevante de la dieta, complementado con raíces, tubérculos, mamíferos menores, reptiles e insectos, además de la carne de las animales mayores, principalmente venado.     En invierno los nutrientes disminuían pero la alimentación se compensaba con el mezcale, hecho de pencas de lechuguilla cocidas. La dieta era de origen vegetal entre un 60 y 80 por ciento; el resto era proteína animal y variaba según la ubicación de cada grupo. Asar, cocer y hornear fueron las técnicas para la preparación de alimentos. Eran diestros en hacer fogones y en especial pozos de barbacoa, una oquedad en tierra apisonada cubierta con piedras, sobre las que se prendía una fogata.

Iconografía
Ciclo alimentario de los indios nómadas cazadores-recolectores del noreste de México.Elaborado conforme a una investigación etnohistórica efectuada por el historiador coahuilense Carlos Valdés. En este ciclo se destacan las cuatro estaciones del año, así como los distintos productos que la flora y la fauna ofrecían como opción alimenticia a los indios nómadas cazadores recolectores de la gran área geográfica del noreste antiguo.

Restos de un fogón a cielo abierto en la Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Vista de conjunto, en el que se observan las piedras que lo componían, esparcidos sobre una porción de la extensa llanura desértica. Al fondo destaca una de las cordilleras que ya desprendidas de la masa común de la Sierra Madre Oriental, se introducen en la profundidad del territorio del estado de Nuevo León.

Restos de un fogón a cielo abierto en la Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Detalle de las piedras que lo componían, colocadas aún in situ. Se puede ver perfectamente una aglomeración central, que formaba las paredes de piedras que le daban protección al fuego, en tanto que las que se encuentran más a la periferia eran las que complementaban esta estructura. Los fogones eran verdaderas cocinas de los nómadas cazadores recolectores, y solo en sitios apartados y desérticos es posible poder apreciarlos, tal y como quedaron luego de su uso hace ya varios cientos de años.

        4.7 Herramientas lícitas
La principal herramienta de los nómadas fue la punta de proyectil, elaborada de sílex o pedernal, cuya forma y estilo varió con el paso de los siglos; se forjaron varias tradiciones tecnológicas para su fabricación, adoptadas indistintamente por los diversos grupos de cazadores recolectores. El complemento de las puntas de proyectil fue el átlatl o propulsor. Le siguió el arco, hecho de preferencia con raíz de mezquite. Como tensores se empleaban tendones de animales, tiras de cuero o cordel de ixtle. Las flechas eran de varas duras o carrizos, con plumas en su base y el proyectil en la punta. Otros instrumentos líticos fueron las hachuelas, navajas y raspadores para cortar vegetales, raspar magueyes o destazar a un animal. Las lanzas de puntas de piedra para la caza de cíbolo, oso y berrendo se observaban en la región de las praderas. Los morteros eran los objetos de piedra más voluminosos, útiles para la molienda de semillas.

       4.8 Instrumentos cotidianos
Los nómadas trabajaban la madera de mezquite, ébano y barreta para fabricar arcos, palos conejeros y otros objetos. El hueso tenía varios usos: de las astas de venado se hacían punzones; con los dientes de ratón se fabricaban peines para hacer incisiones en la piel; los huesos cortos de liebres y conejos servían como buriles, y las vértebras y colmillos de animales se usaban como cuentas de collar. Con la fibra de ixtle de palma, lechuguilla o yuca fabricaban objetos de uso cotidiano como bandas, cordeles, cestas, trampas, sandalias, cestos y esteras, estas últimas para la protección o elaboración de bultos mortuorios. Aprovechaban el algodón silvestre, con el que producían telas pequeñas y cordones para el cabello. Las pieles eran curtidas y hacían  gamuza; servían como cobertor durante el frío o como un atavío distinguido.

       4.9 Vinculos e intercmbios comerciales
Aunque poco conocido, los cazadores recolectores practicaron el comercio para obtener bienes y productos apreciados, como el peyote o las conchas del litoral. El trueque era la forma de intercambio, aunque las pieles y las puntas de pedernal sirvieron como moneda. Las principales redes comerciales se establecieron a lo largo del litoral del Golfo de México; alrededor del año 1000 de nuestra era, ahí se intercambiaban productos entre la Huasteca y los pueblos del norte de Texas y la cuenca del Mississippi. Esto fue posible gracias a la existencia de un grupo indígena asentado en la delta del río Bravo, la cultura Brownsville-Barril, que desarrolló el trabajo en concha y lo utilizaó como mercancía, estimulando el comercio costero.

        4.10 La guerra
Carentes de un territorio definido, las disputas entre los nómadas estallaban al competir por el acopio de recursos. Ocurrían casi siempre en el verano, cuando se invadían las áreas de otras tribus o a causa de una provocación deliberada de jóvenes guerreros, deseosos de acción.    La venganza era una motivación para desatar la guerra, muchas veces inducida por las mujeres, en recuerdo de muertes provocadas a su grupo por una tribu enemiga. El plagio de mujeres jóvenes era otra causa de conflicto. La guerra impulsaba a la confederación de grupos afines, reunidos en un mitote, con una invitación de flechas ensangrentadas. La confrontación se daba en  ataques sorpresa a una ranchería o en batallas frontales, donde el más fuerte se imponía. El vencedor arrancaba las cabelleras, orejas o cabezas de sus enemigos, las que festejaba como trofeo. 

       4.11 Prácticas funerarias
Incineración de cuerpos para llevar sus restos siempre consigo. Antropofagia ritual. Práctica de comerse a los parientes como un mecanismo para no perder sus nexos familiares, generalmente en asociación a una ceremonia ritual de mitote. Los huesos se mezclaban con mezquitamal. También se comían los restos de sus enemigos, como venganza.Cobertura del difunto con nopales y ramas espinosas, para alejar a los animales. Incineración y sepultura de las cenizas. Las mujeres, como luto, lloraban y se arrancaban los cabellos.Uso de cantos rodados pintados, poseedores seguramente de un alto valor simbólico, quizá ligados a el alma del individuo que transitaba hacia el otro mundo.Enterramientos en cuevas, con la presencia de bultos mortuorios, en asociación a la ocupación doméstica de estos recintos.

       5. Cartografía lingüistica
En la zona nuclear del noreste antiguo predominó la difusión la difusión de la lengua hokana-coahuilteca, lo mismo que la presencia de otras lenguas, como la quinigua en el centro de Nuevo León; las lenguas carrizo-yeme, garza, cotoname y comecrudo a lo largo del bajo río Bravo; la karankawa y aranama en el litoral de Texas; la maratino y naolan en el sur de Tamaulipas; y la lengua de los tobosos, que se ubicaban al noreste de Coahuila.      La presencia de la lengua atapascana estuvo ligada al arribo de los apaches, en tanto que la lengua shosona, vinculada a los comanches, tenía un origen en el tronco lingüístico yuto-azteca, siendo ambas de aparición tardía en la región. La lengua de los guachichiles también estaba presente en el sur de Nuevo León y Coahuila, lo mismo que el habla de los indios laguneros que vivían en los contornos de la laguna de Mayrán. La influencia del habla otopame por su parte tuvo influencia en el sur de Tamaulipas.

Documentos
(Vocablos de la lengua guinigua de los indios borrados )

       5.1 Presencia de lenguas de Norteamérica
Hacia la etapa histórica, cuando ya había tenido lugar el arribo de los españoles, irrumpieron dos grandes grupos indígenas desde las praderas de Norteamérica, cada una portadora de una lengua diferente. La primera oleada fue encabezada por los apaches lipanes, hablantes de la lengua atapascana, que sustituyeron en el occidente de Texas a los remanentes de la lengua de los jumanos, a partir del siglo XVI y XVII. Para inicios de la siguiente centuria hicieron su aparición los comanches, un grupo del muy al norte del continente, ligados al tronco lingüístico yuto-azteca, de lengua conocida como shosona. Por su parte, el arribo de los wichitas hizo mezclar su lengua con el habla de los caddos, lo mismo que los tonkawas perfilaron una variante en la zona de habla coahuilteca.

Cartografía
Localización de las lenguas indígenas del noreste antiguo.Mapa en el que se muestra el mosaico de lenguas indígenas, tal y como las fuentes coloniales nos proporcionan información, en su mayoría, en tanto que en otros casos es resultado de la investigación etnográfica directa (que sería en las lenguas huasteca, otopame, apache, apache, caddo y osage). Las demás lenguas, más específicamente localizadas en los territorios de Tamaulipas, Nuevo león y Coahuila, han quedado como lenguas muertas. Ellas son hokano-coahuilteca, solano, comocrudo, yeme carrizo, cotoname, garza, maratín, naolan, quinigua, karankawa y tonkawa.


      
        6. Mundo simbólico
En el plano del mundo simbólico de los nómadas norestenses, la evidencia arqueológica del arte rupestre y las referencias etnohistóricas de la celebración de ceremonias sagradas, del culto a los muertos y a la presencia de brujos, curanderos o chamanes, indican que entre ellos existía una visión cosmogónica y religiosa bien definida. La localización de numerosos sitios con las huellas de petrogrifos, algunos de ellos con una clara alusión estelar, señalan la preocupación de estos grupos por descifrar su papel dentro del universo, en tanto que las representaciones zoomorfas o antropomorfas de las pinturas rupestres parecen indicar un intento por recrear el significado que atribuían a la existencia de la vida. Por su parte el dibujo de los chamanes en estas pinturas pone de relieve la existencia de personajes dedicados a brindar el soporte espiritual a los miembros de su comunidad, lo mismo que el alivio necesario en casos de enfermedad, ya que también conocían los atributos medicinales de algunas plantas.Agüeros, supersticiones y talismanes. Temor a los malos sueños.Adoración a las piedras. Respeto por los guajolotes, hacia los que transmigraba su alma al morir, o bien se mudaba a un sitio remota, lo que habla de su idea de la inmortalidad.

Iconografía
Para ver la iconografía del mundo simbólico pulsa Aquí )

Petroglifos en Coahuila.Que como en la imagen se observan, se trata de figuras en forma de espiral, tal vez relacionadas con una concepción ligada a la interpretación del espacio. En este caso se trata de tres figuras similares, las que han quedado plasmadas en las rocas expuestas del desierto coahuilense.

Distintas figuras abstractas de los petroglifos de Coahuila.Muestra de algunos de los motivos de petroglifos localizados en el estado de Coahuila. En general se trata de figuras de diseño muy sencillo, aunque es visible en algunas de ellas un contenido cósmico, tales como estrellas, cometas o el sol. El curso del agua también parece estar representada, así como algunas figuras antropomorfas muy simplificadas.





Un ejemplo de un petroglifo de Coahuila.De los que abundan en algunas partes del oriente del estado de Coahuila, sobre todo en las rocas de las áreas del sotomontano, es decir en las extensas laderas montañosas salpicadas de rocas, en las que los nómadas elegían hacer sus diseños en piedra.







Petroglifos con reproducción de un pedernal, Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Tal vez dedicado a un símbolo de guerra, representado en la figura del pedernal, así como en los gruesos motivos que forman los rombos. De acuerdo a la información etnohistórica que se dispone, una manera de declararse la guerra entre los distintos grupos étnicos del antiguo noreste, era el envío de un pedernal ensangrentado.

Distintas figuras abstractas de los petroglifos de Coahuila.Otra serie de diseños utilizados por los nómadas del noreste antiguo para expresar sus creencias en las rocas, muchas de las cuales han sobrevivido hasta nuestros días. De hecho se trata de un valioso patrimonio histórico y cultural en gran medida se encuentra expuesto al vandalismo.






Petroglifos situados en el Huizachal, Coahuila.Grabado sobre una piedra situada al ras del suelo, en cuya vecindad crece hoy una planta de lechuguilla, utilizada por los antiguos nómadas para la elaboración de cordeles y diversos objetos de fibra, para su uso cotidiano.

Petroglifos de espirales.Los que tal vez simbolicen la infinidad del universo. Es un hecho, de acuerdo a la opinión de varios investigadores, entre ellos William Breen Murray, que muchos de estos motivos tienen que ver con la interpretación cosmogónica que tenían los antiguos habitantes del noreste.

Petroglifos, Mina, Nuevo León.Situado en el municipio de Mina, a unos 50 kilómetros al noroeste de Monterrey, se localiza Boca de Potrerillos, un lugar especialmente importante por la concentración de numerosos petroglifos en una ladera de montaña. El lugar ha sido investigado especialmente por el arqueólogo Moisés Valdez, quien ha confirmado la milenaria ocupación de este sitio por sucesivas generaciones de nómadas norestenses.

Petroglifo forma solar, Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Se trata de un ejemplo notable de una interpretación del astro rey, tal y como era visto por los nómadas de la antigüedad en el noreste mexicano.







Petroglifos, Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Grabado en una roca que ha sufrido fracturas debido a su prolongada exposición a los cambios bruscos de la temperatura: entre los ardientes rayos solares y el frío de la noche del desierto. Aún así, todavía mantiene labrada en ella la figura de un antiguo petroglifo.


Abrigo rocoso en la cuenca del río Pecos, Texas.Como se ha podido comprobar a través de varios estudios arqueológicos, en la parte terminal del río Pecos, antes de su encuentro con el Bravo, floreció en la antigüedad una cultura nómada muy sofisticada, misma que dejó como elocuente legado una serie de pinturas rupestres de gran valor no solo antropológico sino artístico. Se puede afirmar que se trata de uno de los testimonios pictóricos más relevante de la América precolombina.

Diseño de figuras rupestres de la cuenca del río Pecos, Texas.Las figuras situadas a lo largo del bajo río Pecos han sido clasificadas en varios períodos, de acuerdo a una tipología propuesta por el arqueólogo W.W. Newcomb: Pecos Rivers Style, Red Linear Style, Red Monochrome style e Historical Style. Cada una de estas clasificaciones se corresponde con una temporalidad cronológica, siendo la primera de ellas la más antigua, más abundante y mejor estudiada.

Diseño de figuras rupestres de la cuenca del río Pecos, Texas.De acuerdo a interpretaciones especializadas, en buena medida los motivos más significativos de laos pictogramas de la cultura Pecos tienen que ver con rituales de brujos o chamanes. Es decir, los que encabezaban los brujos o magos de la tribu, a fin de sobrellevar las contingencias de la supervivencia del grupo.

Diseño de figuras rupestres de la cuenca del río Pecos, Texas.Los pictogramas del río Pecos comenzaron a elaborarse hace más de 4,500 años, habiéndose conservado debido a que fueron elaborados en las partes cubiertas de las rocas, preferentemente en cuevas. De ellos, el artista Forest Kirkland elaboró un exhaustivo registro en la década de 1930, años antes de que incluso se tuvieran mayores datos de investigaciones arqueológicas.

Diseño de figuras rupestres de la cuenca del río Pecos, Texas.Las pinturas del río Pecos también ponen de relieve el uso del peyote en las ceremonias rituales que organizaban los brujos o chamanes. Esto es explicable porque el sitio se localiza en la región geográfica del noreste antiguo, donde se compartía el uso de esta cactácea en sus actos solemnes. Lo importante es que en este caso las visiones han quedado plasmadas en la roca, lo que hace de este lugar un lugar único en esta región con un tronco histórico común.

Petroglifos, Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Muestra presente en una roca desgajada del cerro, la que fue utilizada por su gran tamaño para la elaboración de un petroglifo, máxime que se ubicaba cerca del área de los fogones o campamentos en los que los nómadas hacían su vida cotidiana.



Petroglifos, Boca de Potrerillos, Mina, Nuevo León.Otro ejemplo elocuente de la sofisticada técnica de los nómadas del antiguo noreste para la elaboración de motivos grabados sobre las rocas. Por este motivo y la alta concentración de figuras, Boca de Potrerillos resulta un sitio excepcional.



Abrigo rocoso con pinturas rupestres en Coahuila.Como se muestra aquí, la elaboración de pinturas por los antiguos pobladores del noreste trataba de aprovechar los más mínimos rincones rocosos que estuvieran a salvo de de las lluvias y de los rayos del sol. Esto permitiría la conservación de sus pictogramas y la trascendencia de su mansaje. A tal grado tuvieron éxito que muchas de ellas han sobrevivido hasta nuestros días, conservando en algunos casos su colorido original.

Pinturas rupestres en Coahuila. En las que se hace patente la conservación de los tintes utilizados para su elaboración, los que han permanecido expuestos durante cientos de años a la intemperie, solo cubiertos por la protección natural de las paredes y techos de piedra.




Figuras antropomorfas con jinetes a caballo en una pintura rupestre en Coahuila.Como una última expresión de la pintura rupestre entre las culturas nómadas del noreste de México, la aparición de la figura de los jinetes a caballo significó la cruenta etapa de la conquista española, cuyos primeros contactos se dejaron sentir desde fines del siglo XVI.Aquí, la imagen nos muestra claramente la presencia de un jinete, asociado a la figura de un soldado de infantería, los que formaban una hueste que en muchos casos se dedicaban a la cacería de “piezas” de indios, es decir, a esclavizar personas con fines a ser vendidos como mano de obra forzada, especialmente en las minas de Zacatecas.

Hombres a caballo, en las pinturas rupestres en el Risco de los Monos, en Tamaulipas.Tal y como se muestran en una tipología elaborada por el investigador francés Guy Stresser-Pean. Se trata de todo un conjunto de tropas de caballería, en evidente faena exploratoria, tal y como fue captado por un artista indígena en uno abrigo rocoso del cañón de San Antonio Nogalar, en las vertientes del sur de la Sierra de Tamaulipas.


       
         6.1 Representaciones cosmogónicas
Representación del orden cósmico como fundamento para la supervivencia. Marcas en piedra para la observación estelar y el posicionamiento de las fases lunares. Con ello se guiaban y tenían idea de los solsticios y equinoccios, lo que resultaba de gran utilidad para su subsistencia como cazadores recolectores, al conocer los cambios precisos en las estaciones del año.

Bibliografía
Boca de Potrerillos (Tabla de contenidos, Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, )

       7. El Mitote
El mitote es el rasgo más importante que nos ha llegado de la práctica del pensamiento simbólico de los antiguos nómadas norestenses. Ligado al consumo de un brebaje de peyote, los participantes a este ritual entraban en un trance místico que los identificaba con sus más profundos pensamientos simbólicos.      Aunque no sabemos a ciencia cierta las atribuciones que tenía este ritual entre los nómadas norestenses, la extrapolación de las actitudes de otras etnias mexicanas y estadounidenses que hasta la fecha practican su ingesta ritual, parecen en efecto ligar la práctica del mitote en honor a variadas celebraciones rituales que tienen que ver con las creencias que amalgamaban la memoria colectiva de esas comunidades.

Cartografía

Ruta de acopio de diversas etnias a la zona natural de crecimiento del peyote.En este mapa se muestra el espacio fitogeográfico del peyote (Lophophora williamsii), una cactácea con propiedades alucinógenas que esencialmente crece en norte-centro de México. Igualmente se indican las rutas que seguían algunas etnias para ir a obtener esta planta y volver a sus lugares de origen, donde  la utilizaban en sus ceremonias de índole religiosa.  Tal fue el caso en la antigüedad de los grupos indígenas de la costa del Seno Mexicano (Tamaulipas); más tarde lo harían los indios de las praderas (apaches y comanches); y hoy en día lo siguen practicando sobre todo los huicholes.




El peyote y los grupos indígenas del norte de México.Mapa que muestra la relación de las distintas etnias del norte de México y la zona geográfica del peyote. Para la mayoría ellas, esta planta alucinógena, capaz de inducir a un individuo o una colectividad a un trance místico, jugó un papel en algunas de sus ceremonias y rituales solemnes o religiosos. De los nómadas norestenses no cabe la menor duda de que utilizaban el peyote en sus ceremonias del mitote, tal y como lo relataron a detalle los cronistas coloniales. En otros casos la reciente etnografía ha dejado testimonio del significado que tiene esta planta para grupos como los huicholes o los coras, los que llegan a realizar peregrinaciones especiales para ir a acopiarse de la planta.También los indios de las praderas descubrieron al peyote y lo incorporaron a sus rituales, haciéndolo al mismo tiempo en que incursionaban al norte de México en sus ataques de depredación.Los mismos grupos nahuas conocían muy bien a esta planta, de hecho el término peyotl está dicho en esta lengua.

Iconografía
Dibujo colonial idealizado de una ceremonia del mitote.De acuerdo a la interpretación de fray Vicente de Santa María, incluida en su obra dedicada a la colonia del Nuevo Santander a fines del siglo XVIII.Basada la descripción de la escena en las crónicas coloniales que le precedieron, sobre todo la de Alonso de león para el Nuevo Reino de León, Santa María añadió algunos otros elementos. En ambos casos, era un hecho que el ceremonial del mitote tenía lugar en el entorno de una fogata, alrededor de la cual danzaban y cantaban los participantes, al tiempo que ingerían el brebaje del peyote. Sin embargo, en esta imagen se sobredimensiona la antropofagia ritual, que si bien existió, no lo fue al grado que aquí se muestra, en la que francamente se están asando cuerpos humanos.

La planta del peyote.Cuyo nombre botánico es Lophohora williamsi, que es una planta cactácea que crece en una extensa pero bien definida  área fitogeográfica del norte de México. Posee entre sus componentes químicos varias sustancias que producen a su ingesta una serie de alucinaciones de gran intensidad, muy coloridas, al tiempo que transportan a quien lo hace a sentir un estado anímico de éxtasis, muy ligado a las experiencias místicas y religiosas profundas. De ahí su antigua utilización por las etnias situadas en la Gran Chichimeca, muchas de las cuales, al no residir en las áreas de crecimiento de la planta, organizaban caravanas ceremoniales para ir a acopiarse del peyote. Aún hoy en día lo hacen los indios coras y huicholes, que viajan desde Nayarit hasta el estado de San Luis Potosí.

        7.1 Expresión de un rito social
El mitote se realizaba preferentemente en el verano.La ceremonia se organizaba para intercambiar consortes y evitar o hacer la guerra. Se celebraban con el acuerdo de los ancianos. La invitación se hacía enviando una flecha sin punta y plumas de colores, lo mismo que una piel de venado, cabezas de peyote o una calabacilla adornada.; en caso de declaratoria de guerra la flecha iba ensangrentada. Antes de su realización se acumulaba leña y carne, así como de peyote y de mescal (hecho a base de sotol).La ceremonia comenzaba con un baile en forma circular, pegados pecho con espalda, dando saltos hacia adelante, a veces sobre un solo pie; en una o dos ruedas, al tiempo que entonaban cantos, invocando a sus creencias o recordando diversas hazañas y triunfos de guerra.El baile duraba la noche entera, parando sólo para  beber peyote y sotol o escuchar los mensajes orales de sus líderes, cuyos mensajes retóricos eran muy admirados. La voz de los viejos actuaba a manera de oráculos. Como música utilizaban el sonido de sonajas de calabacillas con piedras de hormiguero, palos de ébano rayados, los que se frotaban. También usaban flautas, tamborcillos y cánticos de ritmo monótono.El mitote era una celbración fundamentalpara la vida social y ritual de los nómadas.

       7.2 El trance mitotero
A los que entraban en trance profundo se les rasgaba la piel con dientes de animales, cubriendo con su sangre todo el cuerpo.Al amanecer se repartían la comida y los presentes, como las pieles de venado, y se iban.El mitote servía también para la actuación de los chamanes, al presagiar augurios o conjurar enfermedades. Con la ingesta del peyote el individuo lograba inducirse un estado psíquico de trascendencia, al tiempo que ya en conjunto con su colectividad establecían un vínculo con la divinidad de sus creencias.

        7.3 Canto maratín
Se entonaba entre las etnias de la región costera del sur de Tamaulipas. Fue recopilado en el siglo XVIII por Fray Vicente de Santa María. En el se hace alusión al consumo del peyote como preludio a las guerras entre tribus indígenas.
No ohgimah ka tamugni
Fuimos gritando a pelear al monte.
Juriniua migticui
Al modo de leones, que comen carne
Coapagtzi comipaahchu
a los enemigos que nos querían matar
noghi mehgme paahchichu
fuimos a hacerlos morir a pedazos.
tze pong, tze xiri, tze mahkáLa
cuerda, la flecha, el arco,
ming cohcoh, ming catamá
nuestras fuerzas, nuestros tiros
tzi pamini cugtimá memehé
los hicieron huir sin poder correr
Aahchiguata tzicuine, ming metepeh
Las mujeres, los muchachos, nosotros los vimos;
Ming maamehé, ming maatzimetzu
nosotros gritando de gusto, nosotros dando brincos
coomatepá cuiiicicuimá paagchichú
nos venimos, y allá muy lejos los dejamos muertos:
Aaachiguatá mohka mimigihi
Las mujeres ya no estarán llorando
Chenohgimá xiri ka tamugni
Para que vayamos con flechas a pelear al monte:
Aaachiguatá hening maamehé
Las mujeres y nosotros gritando de gusto,
baah ka Peyot hemegtuché
beberemos Peyote y nos dormiremos.

         8. Sociedades sedentarias en la periferia regional
En una de las entidades del actual noreste de México, Tamaulipas, así como en el estado de Texas, en la antigüedad se desarrollaron culturas agrícolas y sedentarias, las que vivían en colindancia con los nómadas.     En el primer caso, la arqueología ha trazado el lindero de Mesoamérica en el Trópico de Cáncer, donde hay testimonios de pueblos serranos y de la cultura huasteca. En el segundo, la cultura caddo ha existido desde tiempos remotos y hasta nuestros días.        Por otra parte, los nómadas del noreste colindaron con el corredor continental del norte de México y suroeste de Estados Unidos, donde diversas culturas sedentarias tuvieron lugar.     Y ya en tiempos históricos, avanzarían sobre el noreste migraciones de grupos indígenas procedentes de las praderas de América del Norte.

       8.1 En el lindero tropical
Conforme a las evidencias arqueológicas, en el sur de Tamaulipas ocurrió uno de los procesos de domesticación agrícola. Esto permitió la sedentarización humana y el desarrollo cultural.      Así, en sitios como la Sierra de Tamaulipas y la Sierra Madre Oriental, hubo asentamientos planificados, con plazas, montículos ceremoniales y áreas residenciales.     Más al sur, en los ríos Pánuco y Guayalejo, la expresión de la cultura huasteca, distintiva de Mesoamérica, fue notoria.

Cartografía
Plano topográfico de la zona arqueológica de El Sabinito, municipio de Soto La Marina, TamaulipasElaborado durante las excavaciones hechas por los arqueólogos especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, inicialmente a cargo del arqueólogo Jesús Nárez Zamora. Se trata de un sitio que debió haber estado ocupado entre el año 0 y el 900 de nuestra era, por una sociedad organizada como para acometer la planificación y construcción de este asentamiento, que es complejo en cuento a la concentración de sus estructuras arquitectónicas, las que se cuentan en más de 300 plataformas circulares, de variados diámetros  y alturas. Es decir, El Sabinito guarda un patrón urbano concentrado, con dos plazas principales, la número 1, la que debió de ser tipo ceremonial, ya que ella se encuentra un gran montículo, así como un altar rectangular. La plaza 2 es más bien de carácter residencial. Todas las estructuras están hechas a base de laja delgada, material que abunda en la Sierra de Tamaulipas conde se localiza este asentamiento. Otra de sus características es que al estar construido sobre la montaña, sus constructores debieron nivelar el terreno por medio de grandes terrazas, los que formaron sobre todo la plaza 1, utilizando rampas comunicantes para acceder a los demás sitios del lugar. Igualmente es visible el uso de alfardas en las escalinatas o bien escaleras arremetidas en la propia estructura. Las alfardas son significativas, pues en algunos casos son masivas. Según los especialistas, el pueblo que habitó este sitio forma parte de una cultura serrana que medió entre el mundo mesoamericano y las culturas del norte de México. Y si bien se trató de un grupo sedentario, es decir agrícola,  no dejó de recurrir a las prácticas antiguas de la recolección y la caza. El lugar se localiza a 70 kilómetros al este de Ciudad Victoria, sobre la antigua carretera a Soto la Marina.

Iconografía
Para ver la iconografía del lindero tropical pulsa Aquí )

Bibliografía
La Huasteca, Época Antigua ( Tabla de contenidos, parte 1, parte 2, parte 3, parte 4, parte 5, parte 6, parte 7, parte 8, parte 9)

      8.2 En las espesuras boscosas
Mil años antes de nuestra era, en la zona boscosa de Texas, hubo una serie de asentamientos que, mil años después, se definieron como los pueblos caddo. Pertenecían a la tradición cultural de la cuenca del Mississippi, caracterizada por el sedentarismo y la construcción de montículos de tierra en los que rendían culto a sus deidades. Los caddo permanecían al arribo de los españoles y sobrevivieron en los siglos siguientes. Hoy en día, son parte del conglomerado social texano.

Iconografía

lunes, 5 de abril de 2010

Tutorial para el uso de Museopedia

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Para ingresar a la información deseada, el usuario debe dar click sobre el mapa de la derecha; cuando el cursor cruza la zona del Noreste, la figura del territorio se ve resaltada. Como se puede ver en la imagen siguiente:

Después de ingresar se desplegará autoáticamente de lado izquierdo el índice. Éste se encuentra en orden cronológico.  Así msimo, en la parte inferior aparece la réplica de  información de arriba.



Sin embargo, la diferencia radica en que en la parte superior no se presentan fechas, como en el modelo utilizado en la parte inferior que es similar a una línea del tiempo.


Cuando el tema es elegido, en este caso "Los primeros nuevoleoneses" la página cambiará y aparecerá la información correspondiente. Por otra parte, en la parte inferior izquierda, se encuentran los títulos correspondientes a las siguientes temáticas incluidas en el tema general elegido (El Antiguo Noreste)

Otra de las funciones que ofrece la Museopedia es la oportunidad de brinar información sobre museos y patrimonios culturales, llevando un orden histórico. Por ejemplo: Se selecciona la temática "Antiguo Noreste" 

 Al dar click se despliega una nueva página con dos recuadros. El primero enlistando el patromonio cultural y el segundo los museos de la zona. Así mismo en la derecha se muestra el mapa, incluyendo zonas específicas y carreteras. 


Cuando se elige "Boca de Potrerillos Nuevo León"  aparecerán fotografías del lugar y en la parte inferior páginas recomendadas con más información del lugar.

Sucede lo mismo con el cuadro de Museografía, se  elige por ejemplo "Museo Bernabe de las casas" y aparece la fotografía del museo y en la parte inferior su dirección o localización.


El usuario puede realizar estas mismas acciones con las demás temáticas, si se elige "Virreinato informativo" aparecerá la información correspondiente. En este caso, el origen de Monterrey.



Como en este ejemplo, el usuario podrá encontrar videos relacionados.que facilitará el entendimiento del tema.



Lo interesante  de la Museopedia es que comprende información del Noreste, por lo tanto también se pueden encontrar descripciones de lugares como: "La Belle" en Texas



Por otro lado, cada uno de los segmentos que se han mostrado contienen una ficha informativa de texto por cada tema y subtema,. A su vez, cada una de dichas entradas tendrá la opción de ser apreciada a través de distintas secciones ilustrativas: 


 

 
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